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El Mundial de Trump se abre con un sorteo controlado y beneficios para el campeón

WASHINGTON (Enviado especial).- Entre todas las rarezas que rodean a la ceremonia que se transformará este viernes en el centro del planeta, una destaca por su curiosa exclusividad: el Mundial 202...

El Mundial de Trump se abre con un sorteo controlado y beneficios para el campeón

WASHINGTON (Enviado especial).- Entre todas las rarezas que rodean a la ceremonia que se transformará este viernes en el centro del planeta, una destaca por su curiosa exclusividad: el Mundial 202...

WASHINGTON (Enviado especial).- Entre todas las rarezas que rodean a la ceremonia que se transformará este viernes en el centro del planeta, una destaca por su curiosa exclusividad: el Mundial 2026 se sorteará en una ciudad que no albergará ningún partido cuando empiece a rodar la pelota por (casi) todo Estados Unidos a partir del 11 de junio. No ocurrió en ninguno de los 22 mundiales anteriores, difícilmente se repita. Pero aquí nadie levantará una pancarta de protesta sencillamente porque a muy pocos habitantes de esta porción del país les interesa el asunto. En todo caso, la innovación se puede cargar a la cuenta de Donald Trump, razón inicial y final por la que FIFA monta su parafernalia en esta capital y no en alguna de las 16 sedes que recibirán a 48 selecciones en la Copa del Mundo. Que el presidente esté presente en una fiesta que sucederá en el patio de su casa (Blanca), para que el acontecimiento tome todavía más fuerza. Una lógica que Gianni Infantino transformó en un hecho.

En esa estrategia geopolítica, hay otro nombre propio que se eleva por encima del resto de los países que estarán representados en el Centro John Kennedy para las Artes Escénicas: el de la Argentina. La potencia del nombre de la selección campeona del mundo no tiene rival en las conversaciones que se dan entre las decenas de invitados que FIFA trajo hasta Washington. Favorita, al menos en ese ámbito reservado para leyendas del fútbol que le dan color a la previa del sorteo, su protagonismo será central en la ceremonia. “Argentina es la número uno, todos la miran a ella. La pregunta es: ¿Qué estás dispuesto a pagar para seguir ganando? Argentina adquirió la mentalidad y el gusto de ganar: sus jugadores saben lo bueno que es eso. Y el equipo está dispuesto a hacer nuevos sacrificios. Esa mentalidad a tope es lo que la mantiene arriba”, argumenta Dunga, capitán de Brasil en 1994 cuando su selección se consagró en este país, ante la consulta de LA NACION.

El campeón vigente tendrá una escena distinguida sobre el escenario. Se sabe, por ejemplo, que Lionel Scaloni será uno de los primeros en aparecer, y lo hará con el trofeo conquistado en Qatar entre sus manos: será el momento de devolverlo a manos de los organizadores, después de casi tres años de reinado. El entrenador de la selección, que llegó este jueves desde España cuando el sol ya se había escondido y el frío trepaba, se mostró cansado cuando bajó su maleta en el Capitol Hilton, donde ya lo esperaba el resto de su cuerpo técnico.

Se enteró hace un puñado de minutos que ingresará en el salon con la Copa del Mundo y dijo: “Es una alegría volver a ser parte de un sorteo del Mundial. Tenemos las expectativas máximas, como suele suceder. Va a ser un Mundial muy complicado por los traslados, los viajes y el calor. Si se repiten las temperaturas del Mundial de Clubes puede ser complicado. Pero esperemos que lo corrijan porque se sabe que el espectáculo con este calor se hace difícil. Veremos”. Y le volvió a sumar interrogantes a la Finalíssima ante España, estipulada para Marzo de 2026: “No tanto por la incomodidad del partido, yo creo que se podría haber jugado antes. pero ahora estamos a la espera. No tenemos noticias, la verdad. Viajé justo con Luis de la Fuente, que además de ser entrenador de España es mi amigo... Me dio el curso de entrenador a mí y me dijo que tampoco tiene la confirmación oficial del partido".

Dio indicios de que Messi finalmente confirmará su presencia en el Mundial, pero igual Scaloni trató de ser cauto: “Lo decidirá él. Nosotros acompañaremos la decisión que tome. Por ahora va todo bien... Pero bueno, como él dice, falta tiempo. Y es verdad que en el fútbol, aunque parezca que el Mundial está cerca... seis meses son mucho. Y esperemos que tome la mejor decisión tanto para él como para la selección. Bastante maduro es y se lo ha ganado que pueda decidir”.

Roberto Ayala estuvo desde más temprano, ya caminaba tranquilo por el lobby: “Disfruto esto. Son momentos para eso, para valorar lo que tenemos”, razonaba ante este enviado al mediodía, a la espera de su jefe. ¿Rivales a evitar? “No tiene sentido jugar a ese juego, no está en nuestras manos. Mejor no nombrarlos, para no atraerlos”, sonreía quien acredita tres mundiales como excelso defensor y el último en el mismo rol que ahora. Por momentos, el hotel parecía la embajada argentina: Gustavo Alfaro (Paraguay), Mauricio Pochettino (Estados Unidos) Néstor Lorenzo (Colombia) y Sebastián Beccacece (Ecuador) se alojan aquí, preparándose para el gran acontecimiento. Para completar el álbum falta el vapuleado Marcelo Bielsa (Uruguay), que tampoco fue a los sorteos de Corea-Japón 2002 y Sudáfrica 2010 cuando entrenaba a Argentina y Chile.

¿Y qué le espera a la Argentina este viernes? Para empezar, hace una semana la FIFA decidió meter mano antes de que giren las bolillas y le dio un status especial, al igual que a España y, en menor medida, a Francia e Inglaterra, por ser las primeras cuatro del ranking. Las campeonas de América y Europa saben que si ganan sus grupos no podrán cruzarse antes de la final. Y, como máximo, se toparán con una de las otras dos privilegiadas (tercera y cuarta del ranking) en semifinales. Una medida arbitraria, que persigue favorecer a los mejores de hoy y crear las condiciones para imaginar una súper final el 19 de julio en el MetLife Stadium, ubicado en East Rutherford, Nueva Jersey.

Pero allí no terminan las diligencias; tan importante como la ventaja del ranking resulta la logística que tendrá la competencia. Y en ese sentido, la FIFA trabaja sobre una idea central: evitar que los hinchas recorran la vastedad del país, al menos en la etapa inicial. De ese modo, la conformación de los grupos seguirá una lógica más regional. Así como Estados Unidos, México y Canadá jugarán como locales los tres partidos de grupo, se armará un calendario de modo tal que cada uno de los grupos tenga todos sus partidos en una zona geográfica acotada. Así, una vez develado el sorteo, vendrán horas febriles. El poder de lobby de cada asociación resultará decisivo para conseguir lo mejor que pueda, de acuerdo a sus intereses. Por eso FIFA comunicará el programa de partidos con fechas y estadios recién el sábado.

En ese juego de más y menos, la Argentina corre con ventaja en las negociaciones. Dos fuentes de la organización confiaron a este medio que conviene posar la lupa sobre la costa este del país. Si Miami es la casa de Messi, también lo será de la selección en el Mundial. Entonces, el Hard Rock Stadium (sede de la final de la última Copa América) será sede de uno de los tres partidos (¿el primero?) de los campeones del mundo en su grupo. Y luego la ruta seguirá por esa área: Boston, Filadelfia, Nueva Jersey y Atlanta son las posibilidades más concretas. Ni México, ni Canadá ni ninguna de las otras seis subsedes estadounidenses verían a la Argentina en el arranque. Por rutas conocidas andará el gran candidato, defensor de la corona de Qatar, y sus miles y miles de fieles que compran entradas sin pausa, según los reportes oficiales.

Pero nada de eso saldrá de boca de Rio Ferdinand (exdefensor inglés), convocado para ser el maestro de ceremonias en el Kennedy. Será, valga otra curiosidad, el único exfutbolista con un rol destacado en el escenario. Las bolillas saldrán de las manos de estrellas locales de otros deportes: Tom Brady, Wayne Gretzky, Aaron Judge y Shaquille O’Neal. Una jugada para darle un tono más popular a los ojos estadounidenses. Más controvertida, en todo caso, será la elección del Premio FIFA de la Paz que otorgará Infantino, en un momento estelar de la jornada. No hay espacio para la sorpresa: la estatuilla en cuestión probablemente ya tenga escrito el nombre de Donald Trump, que arrasaría en cualquier apuesta sobre quién será galardonado.

Al cabo, un homenaje no se le niega a nadie. Menos al que abre su casa al mundo para recibir a un deporte que no domina, ni le importa mucho. Pero que es, tanto como un juego, una fenomenal caja de resonancia en el planeta. Y ante eso, no hay político que se resista. Se llame Trump, Infantino o Claudio Tapia.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/deportes/futbol/el-mundial-de-trump-se-abre-con-un-sorteo-controlado-y-beneficios-para-el-campeon-nid04122025/

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